Primavera con la sangre alterada

No pasa lo mismo al empezar el otoño o cuando se avecinan los primeros fríos del invierno. El 21 de septiembre, en todo el hemisferio sur, se decreta el comienzo de la primavera y de repente, las fiestas estallan en todos lados.
Como si se tratase de lo más esperado, la estación que antecede al verano simboliza la renovación de la naturaleza, se vincula con ese período donde no sólo renacen las flores sino también el amor, las relaciones y la pasión.

El día de la primavera simboliza la renovación de la naturaleza y la creatividad del espíritu humano. Todos los 21 de septiembre la juventud es protagonista. Y ya es tradición el festejo con espectáculos en vivo de todo tipo y al aire libre. La consigna es reunirse con amigos, pasar un día de picnic, asaditos y aprovechar los espacios abiertos.

Basta con abrir un poco los ojos para percibir que, a partir de la tercera semana de septiembre, crece la venta de flores, de bombones y hasta las publicidades de preservativos.

Popularmente, la primavera es considerada la estación del amor y resulta innegable que hombres y mujeres cambian los abrigos por prendas más livianas y aquellas partes del cuerpo, que permanecieron ocultas durante el invierno, se animan a ver el sol. Crecen las visitas al gimnasio y a la cama solar, las salidas nocturnas…
Más allá del cambio climático que levanta el ánimo de las personas, no está probado que haya cambios orgánicos en el cuerpo que aumenten el apetito sexual, ¿es cierto que las mujeres se liberan, que proliferan las endorfinas y que hay más levante en la estación de las flores?
Nos encontramos primavera mediante el próximo martes.